MASCULINIDADES EN RESISTENCIA

We're here. We're queer. Get used to it.

domingo, 24 de enero de 2010

ALBUM DE FAMILIAS

¿Lo común hace la normalidad o lo que llamamos normal se debe a su recurrencia en la naturaleza? Me surge la pregunta, porque en la obsesión por satisfacer a la bestia voyeur que me okupa al deambular por las praderas de facebook, es usual encontrar, entre cierto tipo de personas (me refiero a su estatus, por ejemplo), que la imagen de presentación es la de la boda, seguida en frecuencia por la de algún evento social en la que aparecen los hijos. En definitiva, que la fotografía que más luce es la que consagra a la familia (clásica).
Cualquier lector podría decir que esta recurrencia obedece a una lógica, al orden natural en el que se desenvuelven nuestras vidas. Craso error: si uno abre bien los ojos y observa (que no mirar despistado) el paisaje que se contempla es harto heterogéneo. Grupos de mujeres y hombres constituyendo a su vez ‘subgrupos’ que no siguen una orden preestablecido sino una sucesión (aleatoria, me gustaría decir para darle matiz de incertidumbre, pero no ocurre así) de movimientos en las que se elije en función de deseos, necesidades, limitaciones, conveniencias y no solamente de normatividad.
He mencionado otras veces que existen diversas formas de complementación y no únicamente aquella que apunta a la reproducción de la especie, privilegio hasta hace poco, de la unión heterosexual. Con las técnicas de reproducción asistida, cualquiera que tengas deseos y los mecanismos para acceder al servicio puede verse replicado tantas veces sea posible. Sin embargo, la carta de naturalización de la estampa que muestra al papá, la mamá y a los hijos (y algunas veces, a las hijas) invade los espacios públicos con el fin de sostener una hegemonía que ha sido y es cuestionada desde varios frentes.
¿Con qué fin se sigue sufragando este tipo de acciones? ¿Cuál es el oscuro mecanismo que obliga/orilla a muchos a aspirar por alcanzar tal estatus y a mantenerlo después? ¿Qué de normal y natural puede haber en un sistema que requiere de este tipo de propaganda para su sostenimiento? ¿No precisamente su defensa desde ciertas posiciones ideológicas acusa su no naturalidad evidenciando así, su carácter cultural? La mentada normalidad o lógica de las cosas suele perder su estatus quo con sólo variar el ángulo de la mirada que se ejerce sobre la realidad, la virtualidad y las ideologías.
El mundo no solamente es como es sino también como puede serlo, según quien lo contempla; de manera que hay ‘muchos mundos’ dentro de múltiples miradas. Y habría que defender esa diversidad de realidades que la heteronormatividad se empeña en ocultar, invisibilizar, negar para dar lustre a la que ella propone/impone.
Por cada fotografía de ‘familia feliz’ que observo, celebro los cientos de imágenes no vistas que dan cuenta también de una felicidad que se acomoda en algún lugar de esta realidad y virtualidad tan evidente, que ofende saber, que (presuntamente) no es vista.

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