MASCULINIDADES EN RESISTENCIA

We're here. We're queer. Get used to it.

viernes, 4 de marzo de 2011

MI CUERPO ME IMPORTA

Éste cuerpo es mi emisario en el mundo.
Cuerpos poéticos
- Sergio Oms
Mi cuerpo es mío. Este enunciado suelo repetirlo como un mantra cada vez que me siento atribulado, muy feliz o cuando alguien me pregunta "qué es Queer". Mi cuerpo es mío, digo, y hago con él lo que quiero; lo que significa: lo que puedo, lo que me dejan hacer, lo que me permito llevar a cabo con él, lo que me concedo y atrevo a realizar.
Y como me quiero, me procuro una vida estable -lo que es posible en un mundo precario-, una alimentación equilibrada, lejos de algunos excesos, una armonía corporal que en efecto dé cuenta de mi autocuidado y querencia. Tengo una edad que me exige ciertas precauciones si pretendo vivir y no sólo sobrellevar la existencia. Vivir y no subsistir.
Hoy me practicaron análisis de EGO, glucosa, triglicéridos y colesterol. Los resultados en los dos primeros son altamente favorables, pese a la herencia 'maldita'; el azúcar se mantiene a raya y la lectura de mi orina no arroja ninguna alarma. Todo en orden. Pero en lo que respecta a triglicéridos y colesterol las alarmas se activaron. Me encuentro en esos niveles límites que anuncian que de ser rebasados empezaría ese camino tortuoso de dietas extenuantes y tratamientos largos y costosos. Insufribles, además. De modo, que no tengo más remedio que articular un plan B que contribuya a devolver a los niveles deseados esos datos leídos.
No está mal para la edad que tengo, los antecedentes clínico-familiares que me condenan, para el estrés con el que suelo existir, para mi desequilibrado sueño. No obstante, no es ese el estilo de vida que quiero tener. Y tras metabolizar mis resultados pensé en esas personas que comen toda suerte de alimentos fritos, en lugares públicos, a deshoras; en quienes se limitan la ingesta de agua y en cambio abusan de las bebidas gaseosas y endulzadas. Evoqué a esos trogloditas de comidas saladas y condimentadas, sin apenas fibra, frutas y verduras.
¿Cómo estarán esos cuerpos? ¿Cómo vivirán esos sujetos (en) su cuerpo? Si yo que me afano en darle una calidad de vida a la materialidad que me permite estar en el mundo, tengo 'alarmas' encendidas, qué es de quienes por múltiples razones, no se obsequian otro tipo de vida (alimentación, ocio, salud) más amable. Las posibles respuestas me resultan aterradoras cuando no absurdas: pensar que los cuerpos se adaptan a todo, me asusta. Suponer que a muchos y muchas les da lo mismo ('de algo me he de morir', rebuznan) no es un escenario deseable.
Ser Queer implica también cuidar y querer el instrumento con que se resiste y combate la heteronormatividad cada día. Darle al cuerpo el tiempo para su descanso, la calidad de vida para su mejor desempeño, forman parte de la subjetividad Queer. Que hay cuerpos que se inmolan, se destruyen como forma de resistencia, vale, existen. Sin embargo, para mí, este cuerpo que soy, mi "emisario en el mundo" como dice Oms, es también mi frontera entre una vida plena (amorosa, deseada y deseante, satisfecha) y una vida a/penas.

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