MASCULINIDADES EN RESISTENCIA

We're here. We're queer. Get used to it.

viernes, 28 de noviembre de 2008

ESTUDIOS DE GÉNERO: LA OTRA AGENDA


En mitad de todas las crisis globales que nos asedian, terminamos por obviar o no prestar atención a otra que también es importante y que no obstante, no moviliza a las masas, no convoca a Cumbres, no pronuncia Protocolos, no genera expectativas, no incita a la huelga, no crea ingresos, no representa –eso se cree- un peligro para la existencia y supervivencia de la humanidad: la crisis de las masculinidades y por tanto, también la de las feminidades.

Basta echar un vistazo (no dije observar sino mirar de reojo) a las relaciones de convivencia que se establecen entre los adolescentes e infantes de ambos sexos, para percibir que la ejecución del poder es diferente. Que la lógica a la que estábamos acostumbrados a contemplar (varón dominante, hembra sometida) está caducando o próxima a extinguirse. La mayoría de las veces, resultan ser ellas, las mujeres, quienes manifiestan una tiranía sobre los hombres quienes se muestran (¿no tendrán remedio?) solícitos a aceptar las condiciones del juego, a todas luces, injusto.

La revancha, podría afirmarse. Sin embargo, la experiencia comprueba que ninguna afrenta queda saldada con otra; no es sumando (algebraicamente) injusticias como se equilibra la ecuación (inecuación en este caso) de género, sino sentando a ambas partes a dialogar, a reflexionar y a reconocerse las actitudes y capacidades tanto de unas como de otros, así como las deficiencias y limitaciones que poseen ambos sexos.

¿Quién convocará a ese Coloquio? ¿Quién se arrogará esta Alianza? La respuesta, si existe, debe andar muy lejos. Lo cierto es que no deberíamos perder más tiempo postergando una discusión que tendría que ser prioridad del Estado, la escuela, los medios de comunicación, la familia, las iglesias. De todas y de todos. Yo escribo los siguientes puntos para quien sepa leer y quiera entender.

Observar la realidad con una perspectiva de género supone:

1. Asumir que mujeres y hombres no somos tan distintos; lo que nos diferencia es el sexo biológico.

2. Masculinidades y feminidades (su ejercicio) son relativos porque son construcciones sociales. Y lo cultural es modificable (si hemos alterado lo natural, no podremos con una mera convención).

3. Lo que nos distingue (define) es el deseo y éste es personal.

Ojalá emprendamos una cruzada contra la inequidad de género; no sólo por las mujeres sino también por los hombres, que sin decirlo en voz alta, estamos cansados de serlo.

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